Después del último viaje que realicé a Guadalupe, me disponía a escribir sobre la gran cantidad de problemas que sufre nuestro pueblo, como el del agua y alcantarillado, obras inconclusas, delincuencia, salubridad, etc, pero me encontré con un problema más grave aún de los muchos que encontré; LA POLITICA.
Siempre fui partidario que para poder gobernar los pactos o alianzas políticas son necesarios. La historia del Perú nos dice que cada vez que un gobernante no pactó, siempre tuvo problemas y por ende nunca hizo una buena gestión. Actualmente en el Congreso donde el APRA no tiene mayoría, las alianzas políticas entre el grupo de gobierno y algunos de oposición son concretas, sino el APRA no podría gobernar.
Algo así está pasando en nuestro querido GUADALUPE, donde nuestro Alcalde quiso imponer una manera distinta de gobernar y hoy está pagando las consecuencias. Su manera dura y hasta cierto punto autoritaria de gobernar no le ha permitido desarrollar su gestión municipal como desearía.
Un novato en política definitivamente nunca va a ser un buen gobernante, por más que sea honrado, buen hombre, pero sino ha tenido una “base política” de antemano, por demás está decir que no entenderá los códigos que sustentan la política y por ello no podrá hacer un buen gobierno.
Hoy por hoy los regidores guadalupanos apristas y algunos regidores que antes fueron del oficialismo han creado una alianza para derrocar al alcalde. Por ello no es novedad que anteriormente muchos pedidos de revocatoria han estado sobre la cabeza del alcalde, saliendo airoso en todas ellas. Pero hoy hay una denuncia que puede costarle ya no su cabeza sino su cuerpo entero.
Si bien es cierto que existe actualmente una norma legal que impide las revocatorias, el tema puede manejarse por la vacancia por acto de corrupción, y que si la denuncia es bien planteada y bien manejada puede hacer que el Jurado Nacional de Elecciones lo acepte sin excepción. El Alcalde de Pucallpa es una prueba de ello. Ahora si vemos que el Alcalde Mora pertenece a las filas del nacionalismo, es un bocado fácil de comer, y por ello no va a ser raro que los apristas locales que están manejando la denuncia se muevan muy arriba para precipitar el hecho.
Pero definitivamente aquí el problema no es si el Alcalde se va, aquí el problema radica en que si vacan al Alcalde, todos los proyectos y obras se pararían, debido a que se tendría que cambiar todo el enfoque municipal (cambio de nombre, cambio de firma, etc). Y esto a portas del ultimátum que dio el gobierno para ejecutar obras, un retraso podría costarnos nuestro gran proyecto de agua y alcantarillado. Si fue difícil la aprobación del proyecto, imagínense el tiempo que demoraría la burocracia de los Ministerios para cambiar todo, cuando la prioridad son nuevos proyectos.
Hay que ser claros en esto, el Alcalde se equivocó al no buscar alianzas políticas, pues haciendo obras y mirando siempre a la oposición como bicho raro, no le funcionó. Su extraña forma de gobernar también lo viví en carne propia. Aquí quiero contar una anécdota, porque así es como la tomé luego de la primera y única reunión que tuve con el Alcalde Mora, cuando éste estrenaba el cargo.
Dado el tiempo que vengo trabajando en el Congreso, desde el tiempo del gobierno de Toledo, he conocido funcionarios de todo nivel en los ministerios claves de Economía, Vivienda, Salud, Transportes, MIMDES, Relaciones Exteriores, Trabajo, Interior, y hasta Defensa con el Dr. Antero Flores, ex Presidente del Congreso, es decir, conozco a la burocracia estatal que muchas veces desesperan porque se atrasan en la aprobación de proyectos, y también sé que con llamadas abrumadoras desde el Congreso se puede hacer muchas cosas (para esto el congresista o el asesor, más que nadie este último, tiene que ser tu aliado)
Le comenté al alcalde sobre mi modesta participación para ayudar a que la burocracia estatal pueda mirar con otros ojos a un distrito con un modesto e insignificante presupuesto. La respuesta que me dio el Alcalde fue categórica, pues aducía que tenía muy buenos amigos en el poder que lo iban a ayudar, y por ende no me necesitaba. Mi asombro como comprenderán amigos lectores fue total, porque no esperaba esto, y me fui con la bronca de no poder ayudar a mi pueblo de una manera formal, como lo amerita el caso (ahora ayudo a Alcaldes de distritos Huancavelicanos, que tienen otra concepción de como gobernar). No lo culpo por su decisión, porque tal vez pensó que no era el indicado, y que su propia gente son los más calificados.
Este Viernes 30 de Enero va a ser un día muy difícil para nuestro alcalde, espero como Guadalupano que a nuestros políticos locales se les ilumine la razón y por apetitos personales no hundan más a nuestro querido pueblo.
Siempre fui partidario que para poder gobernar los pactos o alianzas políticas son necesarios. La historia del Perú nos dice que cada vez que un gobernante no pactó, siempre tuvo problemas y por ende nunca hizo una buena gestión. Actualmente en el Congreso donde el APRA no tiene mayoría, las alianzas políticas entre el grupo de gobierno y algunos de oposición son concretas, sino el APRA no podría gobernar.
Algo así está pasando en nuestro querido GUADALUPE, donde nuestro Alcalde quiso imponer una manera distinta de gobernar y hoy está pagando las consecuencias. Su manera dura y hasta cierto punto autoritaria de gobernar no le ha permitido desarrollar su gestión municipal como desearía.
Un novato en política definitivamente nunca va a ser un buen gobernante, por más que sea honrado, buen hombre, pero sino ha tenido una “base política” de antemano, por demás está decir que no entenderá los códigos que sustentan la política y por ello no podrá hacer un buen gobierno.
Hoy por hoy los regidores guadalupanos apristas y algunos regidores que antes fueron del oficialismo han creado una alianza para derrocar al alcalde. Por ello no es novedad que anteriormente muchos pedidos de revocatoria han estado sobre la cabeza del alcalde, saliendo airoso en todas ellas. Pero hoy hay una denuncia que puede costarle ya no su cabeza sino su cuerpo entero.
Si bien es cierto que existe actualmente una norma legal que impide las revocatorias, el tema puede manejarse por la vacancia por acto de corrupción, y que si la denuncia es bien planteada y bien manejada puede hacer que el Jurado Nacional de Elecciones lo acepte sin excepción. El Alcalde de Pucallpa es una prueba de ello. Ahora si vemos que el Alcalde Mora pertenece a las filas del nacionalismo, es un bocado fácil de comer, y por ello no va a ser raro que los apristas locales que están manejando la denuncia se muevan muy arriba para precipitar el hecho.
Pero definitivamente aquí el problema no es si el Alcalde se va, aquí el problema radica en que si vacan al Alcalde, todos los proyectos y obras se pararían, debido a que se tendría que cambiar todo el enfoque municipal (cambio de nombre, cambio de firma, etc). Y esto a portas del ultimátum que dio el gobierno para ejecutar obras, un retraso podría costarnos nuestro gran proyecto de agua y alcantarillado. Si fue difícil la aprobación del proyecto, imagínense el tiempo que demoraría la burocracia de los Ministerios para cambiar todo, cuando la prioridad son nuevos proyectos.
Hay que ser claros en esto, el Alcalde se equivocó al no buscar alianzas políticas, pues haciendo obras y mirando siempre a la oposición como bicho raro, no le funcionó. Su extraña forma de gobernar también lo viví en carne propia. Aquí quiero contar una anécdota, porque así es como la tomé luego de la primera y única reunión que tuve con el Alcalde Mora, cuando éste estrenaba el cargo.
Dado el tiempo que vengo trabajando en el Congreso, desde el tiempo del gobierno de Toledo, he conocido funcionarios de todo nivel en los ministerios claves de Economía, Vivienda, Salud, Transportes, MIMDES, Relaciones Exteriores, Trabajo, Interior, y hasta Defensa con el Dr. Antero Flores, ex Presidente del Congreso, es decir, conozco a la burocracia estatal que muchas veces desesperan porque se atrasan en la aprobación de proyectos, y también sé que con llamadas abrumadoras desde el Congreso se puede hacer muchas cosas (para esto el congresista o el asesor, más que nadie este último, tiene que ser tu aliado)
Le comenté al alcalde sobre mi modesta participación para ayudar a que la burocracia estatal pueda mirar con otros ojos a un distrito con un modesto e insignificante presupuesto. La respuesta que me dio el Alcalde fue categórica, pues aducía que tenía muy buenos amigos en el poder que lo iban a ayudar, y por ende no me necesitaba. Mi asombro como comprenderán amigos lectores fue total, porque no esperaba esto, y me fui con la bronca de no poder ayudar a mi pueblo de una manera formal, como lo amerita el caso (ahora ayudo a Alcaldes de distritos Huancavelicanos, que tienen otra concepción de como gobernar). No lo culpo por su decisión, porque tal vez pensó que no era el indicado, y que su propia gente son los más calificados.
Este Viernes 30 de Enero va a ser un día muy difícil para nuestro alcalde, espero como Guadalupano que a nuestros políticos locales se les ilumine la razón y por apetitos personales no hundan más a nuestro querido pueblo.
