jueves, 24 de diciembre de 2009

DISOLVER EL CONGRESO

EL RECHAZO DE LA POBLACION HACIA EL CONGRESO DE LA REPUBLICA no es gratuita. Y el 78.5% de desaprobación evidencia la conocida animadversión ciudadana hacia el Poder Legislativo.

LOS ESCANDALOS DE LOS CONGRESISTAS "comepollos", "lavapies", "planchacamisas", "Robaluz", "Mataperro", etc, desafortunadamente han dinamitado las estructuras del primer Poder del Estado.

PERO QUE HACER CON EL CONGRESO, se preguntarán muchos. De hecho que bajo nuestra forma de gobierno como es la DEMOCRACIA, es necesario que exista un Congreso que nos represente y nos lleve las voz de todos nosotros, los ciudadanos, ante las altas instancias de toma de decisiones. Por ello, pensar en NO TENER UN CONGRESO, es irracional.

EL PROBLEMA, CLARO ESTA, ES EN LA CALIDAD DE NUESTROS CONGRESISTAS, que no están a la altura de las circunstancias, y que no cumplen con las tres funciones básicas por la cual fueron elegidos, como es la de representar, legislar y fiscalizar.

LAS SOLUCIONES QUE SE PLANTEAN, por un lado, es la renovación por mitades de los congresistas cada 2 años y medio, esto con la finalidad de no esperar los 5 años que dura el mandato legislativo para evaluar el desempeño de los congresistas.

LA VENTAJA PRINCIPAL DE ESTA PROPUESTA es que permite al electorado evaluar, en breves intervalos de tiempo, el desenvolvimiento de la representación parlamentaria, premiando (o en su defecto, castigando) a quienes, individual o colectivamente, la curul no los ha vuelto insensibles ante las demandas para lo cual fueron elegidos.

LA CIUDADANÍA EN GENERAL, ESTÁ DE ACUERDO CON RENOVAR POR MITADES AL CONGRESO. Casi un 80% de los entrevistados considera positiva esta iniciativa. Al parecer, la posibilidad de truncar la permanencia de un congresista por cinco años anima a la población y le da una luz de esperanza dentro de su constante negativismo y rechazo al Parlamento. No olvidemos que, de prosperar este proyecto, pondrá en jaque a los próximos congresistas con un cartel invisible en la cabeza que dirá: “Ten cuidado y pórtate bien o la gente no volverá a votar por ti”.

OTRA PROPUESTA DE SOLUCION es la de fortalecer los requisitos para postular al Congreso, de manera que haya una mayor garantía de que nuestros próximos representantes estén alejados de escándalos y problemas, y cuenten con un nivel intelectual mucho mayor. En otras palabras, generar filtros para mejores congresistas (¿eliminar el voto preferencial de repente?).

OTRA PROPUESTA UN POCO RADICAL pero a la vez la más audaz y que podría generar resistencias, es aquella que señala que actualmente la población no se siente representada por sus congresistas, porque 120 congresistas para una población de casi 29 millones de personas es poca.

LO CIERTO ES QUE MUCHOS ESPECIALISTAS EN MATERIA ELECTORAL afirman que para lograr una representación real del Perú debería haber muchos más Congresistas. Que 120 congresistas representen a 29 millones de peruanos no es una relación apropiada. El problema radicará en buscar la manera de resolver dos aspectos importantes:Hacer comprender al ciudadano esto y que éste lo acepte y entienda (pero con los datos de desaprobación al Congreso esto se presenta como un gran reto).

LA IDEA DE TENER MAS CONGRESISTAS se ajusta al hecho de que la población tendría la oportunidad de fiscalizar mejor el trabajo parlamentario de cada uno. Por ejemplo, la Región la Libertad tiene una población de 1´539.744, y sus representantes en el Congreso son 7. No creo que 7 Congresistas representen la voz de más de un millón y medio de personas.

DISOLVER EL CONGRESO que es una alternativa que plantea nuestra Constitución por varios factores, no es la adecuada, ni la atinada, porque podría desenvocar en consecuencias económicas, de la cual ya tenemos bastantes. Pensemos mejor en la forma en que impresentables congresistas no vuelvan a llegar al CONGRESO.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

EL "PRESTAMO" DE ALVA CASTRO

Qué peso tiene Alva Castro en la política peruana que nadie dice nada? Si es claro como el agua que hubo corrupción. Nadie puede pretender destinar un dinero del Estado, como un préstamo personal, para destinarlo a un show privado, y luego querer que se lo descuenten en cómodas cuotas.

Y lo peor, nadie dice nada. O en todo caso, los comentarios son tibios. Por decencia, Alva Castro debería renunciar a la Presidencia del Congreso, o en todo caso los Congresistas deberían censurarlo, conjuntamente con toda la Mesa Directiva, que no han dicho nada.


Encima, Alva Castro se defiende diciendo que con esta denuncia lo que pretenden es desacreditar al Congreso. Por dios, más desacreditado no puede estar el Parlamento.

También señala el Sr. Alva Castro que siempre tuvo la intención de reponer el dinero de su bolsillo. Entonces uno se pregunta qué sentido tenía entonces firmar una resolución oficial para una donación particular que nada tenía que ver con el presupuesto del Congreso. Más aun, en ninguna parte de la resolución se menciona o se insinúa siquiera algún reintegro al Tesoro y, más bien, se reitera que el presidente es el titular del pliego presupuestal del Parlamento.

Por otro lado, una resolución oficial tan cuestionable y extraña no puede desaparecer simplemente porque aparece una carta redactada con tanto apresuramiento que ni siquiera ha sido numerada y dirigida a la tesorera del Congreso, quien casualmente era una de las funcionarias agraciadas con el aumento secreto que otorgaba el Sr. Alva Castro. De Ripley.

A ver por favor, que alguien haga algo. O vivimos en el país de las maravillas.

domingo, 6 de diciembre de 2009

EL FIN DE NUESTRA LIBERTAD DE ACCESO A INTERNET

Leyendo un artículo interesante de Marco Sifuente, en Perú21, me enteré de la movida que se está dando en otros países respecto a una dictadura digital de los gobiernos, es decir, recortarnos las libertades en internet. España es el último país donde se ha dado esta movida.

Bajo la excusa de la “salvaguarda de la propiedad intelectual" o la protección de los "derechos de autor”, es decir, bajar por internet música, videos, etc, los gobiernos alrededor del mundo están intentando –y algunos están consiguiendo– pasar leyes que les den la potestad de cerrar páginas webs, decomisar laptops y hasta prohibirte el acceso a Internet. La situación ha excedido el debate sobre “la piratería” y se ha convertido en una verdadera guerra por la libertad de Internet.
En nuestro país el organismo que está tras los pasos de una ley que regule la internet es porsupuesto la APDAYC, que es capaz de cobrarle a un niño y su abuelita por tararear "Los Pollitos Dicen".

¿Qué va a pasar cuando un proyecto de ley con esos fines llegue a nuestro excelentísimo Congreso de la República?, teniendo en cuenta que el Perú es uno de los países Latinoamericanos con más movida online.

El profesor de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Eduardo Villanueva, a través de su blog pone a debate este tema que lamentablemente aún no ha sido discutido ampliamente, y que de verdad necesita una mayor atención, porque como dice, de esto depende no solo el contenido de nuestros iPods o los vacilones en YouTube. De esto depende el futuro de nuestra libertad digital.

Transcribo en su totalidad el artículo del Profesor villanueva, y vean que lo que se avecina en contra de nuestra libertad es atroz.


Entre pishtacos falsos, congresistas corruptos y universidades mafiosas, las cosas están como siempre en nuestro Perú lindo. Quizá sea motivo de mover la conversación hacia temas más interesantes. Y estoy siendo muy serio, más serio de lo que he sido en este blog antes.

Estamos en una etapa, globalmente hablando, muy peligrosa para el desarrollo de la vida digital. La presión desde los conglomerados de contenidos está haciendo que surgan iniciativas que pueden ser muy dañinas para nosotros, los ciudadanos que usamos la Red; estas iniciativas toman la forma de legislación agresiva en la escala nacional, o peor aún, tratados completamente opacos y aún más peligrosos en la escala multilateral. Para variar, en el Perú no tenemos política pública clara ante esto, ni mucho menos discusión pública sobre el tema. Si esperamos a que algún congresista se preocupe del tema, mejor nos mudamos a la isla de Sodor. Y si esperamos que algún organismo público se entretenga, lo más probablemente es que terminemos firmando lo que nos digan y legislando lo que sea necesario para armonizar con los tratados de libre comercio.

¿Cuáles son las amenazas? Por un lado, ACTA. Por el otro, la inundación de leyes de "tres strikes", como la HADOPI en Francia o el proyecto de Economía Digital en el Reino Unido o la ley de Economía Sostenible en España. En todas estas normas o tratados se busca consolidar la noción, creada en la DMCA, que la protección de los derechos patrimoniales es un bien en sí mismo, tan alto que debe preceder absolutamente cualquier otro derecho; a esto además se suma la noción, similarmente ridícula, que los derechos patrimoniales deben extenderse al gusto y saciedad de los derechohabientes, sin consideración alguna por el dominio público o el interés público.

No se trata de defender la piratería. Todo lo contrario. Se trata de crear nuevas formas de consumo y producción digital que ofrezca oportunidades para todos, y que permitan pensar en negocios que destruyan la piratería, que es perniciosa además de ser un delito, sin un ápice de duda. Pero reducir la conversación a "si no hacen lo que lo yo quiero son unos piratas y deben ir a la cárcel" como lo plantea APDAYC, la RIAA, la SGAE, o cualquier otra, es idiota, primero porque es falso, segundo porque es selfserving, y tercero porque está destinado a perder.

La lógica proteccionista avala cosas como negarle a una persona el acceso a la Internet por haber sido detectado como bajador de contenidos, ni siquiera como pirata en el sentido estricto, tres veces. Avala que acciones administrativas iniciadas por las mismas empresas puedan definir quién tiene o no el derecho a usar la Internet. Avala que nos revisen las computadoras en las aduanas para ver si hay contenidos "pirateados" con el eventual decomiso de nuestros equipos, sin importar todo lo que no sea pirata en ellos. Avala el control de unos cuantos sobre nuestras vidas, nuestra capacidad de innovar y de crear.

Ergo: es necesario discutir esto. Es necesario, quizá, un manifiesto, un comunicado, algo así. Algo que diga algo así como esto, inspirado en el manifiesto de Barrapunto en España:

1. Los derechos patrimoniales de autor no deben considerarse un derecho por encima de las libertades y derechos básicos, incluido el derecho a la intimidad / privacidad y a la libertad de expresión.
2. La Internet es un espacio de creación libre, cuya principal virtud es permitir la experimentación y la innovación desde cualquier punto y lugar. Cualquier intento de restringir la innovación es un ataque a la viabilidad misma de la innovación y la creatividad en la era digital.
3. Los creadores intelectuales tienen, tenemos, derecho a recibir retribución monetaria por sus obras. Pero el derecho a esta retribución debe considerar la necesidad social de alimentar el dominio público, y la necesidad individual de expresarse e inspirarse. El respeto conjunto de estas libertades debe ser el principio director de cualquier norma.
4. La protección de los derechos adquiridos de aquellas empresas que controlan los contenidos culturales NO debe ser la prioridad de las normas sobre el desarrollo de la Internet y la vida digital. Al revés, como en cualquier economía de mercado, estas empresas deben adaptarse a las realidades de un mercado cambiante, en vez de forzar al resto de la sociedad a moverse a su ritmo y conveniencia.
5. El acceso a la Internet es un derecho, debe ser libre, neutral y con garantía activa de protección ante la censura, el chuponeo y el seguimiento sin mandato judicial.

A ver qué dicen. Estoy dispuesto hasta a tener perfil de Facebook o a twittear si es necesario para extender esta conversación más allá de los confines de los cuatro gatos que solemos hablar de estos temas.¿Saben por qué? Porque de esto depende no solo el contenido de nuestros iPods o los vacilones en YouTube. De esto depende el futuro de nuestra libertad digital.